dissabte, 31 de maig del 2014

Desgranando el fenómeno Podemos


Uno de los análisis más finos que he leído desde posiciones cercanas al Partido Popular sobre el fenómeno Podemos es esta de Enrique Martínez; Licenciado en Publicidad y Vicesecretario en Comunicación de NNGG en la Comunitat Valenciana, en su blog: La Doble Moral.

Es una muy buena pregunta la que nos hace: 


¿Por qué hemos de enfrentarnos nosotros a Pablemos si sus rivales naturales son los partidos de izquierda?
 



Sí, ya sé que este es el enésimo artículo que lee sobre Podemos y Pablo Iglesias después de que el domingo pegara el campanazo y se proclamara vencedor moral, con permiso de ERC en Cataluña, de las elecciones europeas. A diferencia de otros, voy a intentar no demonizar con topicazos qué es lo que hay detrás de Podemos ni tampoco a convertirlo en la quintaesencia de la democracia y la regeneración como pretenden otros. 

Primero, no creo que Podemos sean cuatro fikis y perroflautas como han apuntado algunos gurús o piensa mucha gente. Detrás de Pablo Iglesias hay un grupo de personas que lo tienen todo medido y estudiado, que tienen una estrategia muy clara. Gente que sale de la Universidad, de la Complutense, con preparación, y no de una reunión de fumetas que se han pasado con la cachimba y deciden montar un partido. Es más, ya he escuchado a varias personas afirmar que todo parece un experimento sociológico. Sí, sé que esta teoría es un poco de película, pero Podemos algo de experimento tiene, se podría hacer perfectamente un estudio de cómo de la nada se logra tal sorprendente resultado. Como en la película ‘La Ola’. 

Otra cosa es que sus propuestas sean surrealistas o que nos recuerden a la Venezuela chavista. Se ha hablado mucho del programa de Podemos, con cosas tan sorprendentes como rebajar la edad de jubilación a los 60 años, quitar las fronteras o dar una paga a todo el mundo por el mero hecho de ser ciudadano. Algo que es imposible porque el dinero del Estado no cae del cielo, y porque crearíamos una sociedad de vagos (para qué trabajar si me pagan por no hacer nada). Pero Pablo Iglesias, cuando va de tertulia en tertulia, no transmite estas incoherencias. Todo lo contrario, sabe muy bien qué decir y cómo decirlo, tiene labia, hay que reconocerlo (está acostumbrado a convencer como profesor) y te coloca fácilmente el mensaje de que él es el adalid contra la casta y los mercados. Y eso, dirigido a gente cabreada y/o que lo está pasando muy mal por la crisis, es una bomba de relojería. Podemos lo tiene todo tan estudiado como el poner la cara de ‘Pablemos’ en la papeleta, algo propio de un ególatra o de dirigente de república bananera y no de un movimiento que se dice horizontal y asambleario, pero que no ha dejado de ser una estrategia de marketing muy efectiva: la gente reconocía en seguida la papeleta. 

Pablo Iglesias no hace más que imitar lo que ha sido Marine Le Pen en Francia (ésta también con muy buena oratoria como demostró en el repaso que le metió a la periodista que se encanta a sí misma Ana Pastor) o Alexis Tsipras en Grecia: populismo en una situación de crisis dirigido a gente desesperada y cabreada. Hasta su propuesta de la jubilación de los 60 años o la famosa ‘deuda ilegítima’ es una copia del programa de Le Pen (los extremos se tocan http://ladoblemoral.com/2014/01/15/le-pen-votaria-a-iu-y-franco-tambien/). Por eso, no nos llevemos tanto las manos a la cabeza con lo que pasa en el país vecino, que aquí ya tenemos nuestro fenómeno Le Pen, sólo que en este caso se llama Pablo y viene del otro extremo. 

La gran pregunta clave es si Podemos hubiera sido lo mismo sin el apoyo de la televisión. Obviamente no. Pablo Iglesias debería dedicarle un monumento a La Sexta y a Cuatro por haberle paseado por todos sus programas. La fuerza que ha tenido Podemos es también la constatación de cómo los medios contribuyen a generar fenómenos, fenómenos que incluso se les pueden volver incontrolables (recomiendo el capítulo ‘El fenómeno Waldo’ de Black Mirror, una crítica a como la televisión puede crear fenómenos políticos). En defensa de Iglesias también diré que no sólo basta con que te lleven a la tele (la del PACMA fue y daba lástima), también debes conectar y transmitir el mensaje que te interesa. Y eso ‘Pablemos’ lo lleva siempre muy preparado. 

Podemos también abre una incógnita: si son un fenómeno esporádico (como lo fue el partido de Ruiz Mateos que sacó dos eurodiputados) o han venido para quedarse. Por lo que parece, y si se lo montan bien, se quedarán a medio plazo. En este sentido, tengo que decir que desde el centro-derecha y desde el PP tenemos que dejar de estar todo el rato hablando de ellos. No hacemos más que hacer crecer su bola. Nosotros lo que debemos es actuar, reflexionar y trabajar por recuperar al electorado de centro derecha que se quedó en casa o fue a votar a formaciones como UPyD, VOX y Ciudadanos. A nosotros Podemos no nos quita votantes, así que dejemos de hacerles el culo gordo. 

Podemos a quien debe preocupar es a la propia izquierda. Sólo había que ver las caras de IU la noche del 25M para darse cuenta. Nunca un partido había triplicado resultados y lo celebraba con ese desánimo. Cayo Lara esa noche se arrepintió de no haber llegado a un acuerdo con ‘Pablemos’. Ahora ya es tarde. Iglesias sabe que puede volar solo, que no necesita a nadie y que encima su izquierda es más moderna que la que ofrece una IU dirigida por los carcas del PCE. 

Otros a los que acecha Podemos es a Compromís. El partido que utilizó los medios y el espectáculo para hacerse conocido ha topado con unos que usan la comunicación mejor que ellos, y a escala nacional. Compromís sacó un eurodiputado, sí, pero se ha estancado en votos. Fue sexta fuerza en la Comunitat Valenciana cuando en las autonómicas de hace tres años era la tercera. Podemos ya les ha superado en sólo unos meses. Veremos si en un año les come el terreno. 

Y como no el PSOE. Como he dicho al principio, no pensemos que esto de Podemos es cosa de cuatro perroflautas. Algunas personas me comentaron que de apoderados de Podemos iba gente que perfectamente habría sido del PSOE en otro tiempo. Con un PSOE en la debacle, las fugas de votos a su izquierda se pueden ir a gran escala a Podemos, que ofrece algo más atractivo y novedoso. 

Podemos nos serviría, en definitiva, para hacer varias tesis doctorales de su éxito, estrategias y comunicación que les han llevado a sacudir el panorama político en poco tiempo, por muy de coña que luego sea su programa sobre el papel o muy egocéntrico que sea Pablo Iglesias. Veremos cómo evoluciona la cosa, va a ser interesante.


Artículo escrito por: Enrique Martínez; Vicesecretario de Comunicación de NNGG CV
Publicado en su blog: La Doble Moral

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